Las pinzas.
Ése otro descubrimiento. Fue relativamente hace poco.. cuando poniéndotelas en la espaldas, te corriste. Era en esa parte de la espalda que llamo la "zona del ángel" porque correspondería a la parte donde nacerían unas supuestas alas de ángel o de diablilla.
Ahí.. y bajo el bícep de cada brazo.. conseguimos descubrir que también .. a los pocos segundos, y sobre todo si se mueven o agitan las pinzas.. la sensación es mayor.
Desde entonces.. tanto como mis manos como mis dientes.. aprovecho para morder y zarandear mis dientes como si de arrancar tu piel se tratara.. para conseguir de ti ese orgasmo.. esa melodía digna de dioses.. un Dios que haces que YO sienta dentro de mí.
Ese "LOBO" aparece cuando estamos apasionadamente juntos.. y entonces mis garras y mis dientes.. buscan tus notas más primitivas... y esas convulsiones salvajes..
Todo un concierto de la más ancestral naturaleza.
Gracias por dejar que pueda disfrutar de ella a mi antojo.. egoísta antojo.
Tu AMO
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